Oh Madre Tierra!
Perdóname por que nadie me enseñó a cuidarte..
Y hoy estoy igual que ellos,
al borde de mi propia muerte.
Respirando migajas de aire
persiguiendo la última
molécula de oxígeno…
Queriendo huir a otra parte,
por que todo esto ya,
es un infierno.
Trabajamos y trabajamos
sin avanzar ni la milésima parte,
cada vez más convencidos,
que todo esto ya está perdido.
Siendo el universo tan enorme,
no puedo estar conforme…
Miro en el cielo millones de estrellas,
y que se desperdicien tantas de ellas.
Marcela V.B
HERMOSO POEMA Y UNA GRAN REFLEXION
ResponderEliminarJorge, muchas gracias por tu linda apreciación a mis letras, muy amable por visitarme por acá que está tan solito ja,ja! Un gran abrazo...
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