Cuando abro mis ojos
en cada nuevo
amanecer
y miro la luz
abrazando un precioso día,
pienso y digo:
no le puedo pedir
más a la vida.
Cuando te veo a mi
lado
sabiendo que un día
decidiste
seguir conmigo para
siempre,
pienso y digo:
no le puedo pedir
más a la vida.
Cuando escucho el
alegre murmullo
de mis hijos, que
vienen y van
sin ellos
saber porqué en este mundo están,
pienso y digo:
no le puedo pedir
más a la vida.
Cuando miro que los
colibríes y mariposas
han escogido mi
jardín
para tomar de las
flores su dulce miel,
pienso y digo:
no le puedo pedir
más a la vida.
Cuando sé que puedo
decidir
en cualquier momento
salir a disfrutar
de todo lo bello que
mis sentidos pueden captar,
pienso y digo:
no le puedo pedir
más a la vida.
“Gracias vida por
ser tan bella”
Autora
Marcela V.B
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