Nadie, ni tu ni yo
aprendemos
en cabeza de otra
persona..
De niños nos parecía
raro
Que se hiciera tanto
procotolo
Para tantos
acontecimientos
O vivencias del ser
humano…
De niños nos parecía
raro
Que se hiciera una
fila para
una simple entrada a
algo
que tedioso eso por
hacer!!
qué de malo había en
aquello
si todos podíamos
ingresar
al mismo tiempo…
no lográbamos
explicar
el porqué de ese
formalismo…
De niños la vida era
más sencilla
notábamos que las
tareas de los adultos
eran aburridas y
ojalá nunca llegáramos
a hacer eso tan
monótono que ellos hacían…
Y para qué trabajar,
pensábamos!!
Si vemos de todo por
todo lado:
“Tengo comida a toda
hora
Y hasta mis
compañeros de clase
Me regalan cosas
ricas, para que más?”
Pensábamos que hacer
algo diferente
Sería gastar el
tiempo por demás…
Los consejos de los
adultos nos
Parecían ridículos e
inútiles…
Los tratábamos de
evadir en lo
Posible si ellos
estaban ausentes...
Hasta que haciendo un
día
Lo que creíamos
nosotros correcto
Nos cayó como una
maldición
Aquello que tanto nos
advirtieron…
Y hasta nos
atrevíamos a decir
Que aquellos adultos
eran “BRUJOS”
Porque todo cuanto
ellos
nos recetaban a cada
segundo
y minuto, debíamos hacer….
y como salido de la
manga
de un experto y
veterano mago,
exactamente y
precisamente
al instante siguiente
todo eso
nos caía en un solo
aparecer…
Ah! pero hasta ahí
comprendimos
Que eran ciertas
Todas aquellas
advertencias…
Y aún así de adultos
pasamos dudando
De todo cuanto se nos
avisa o alerta…
Y aún así seguimos
aprendiendo
Hasta que tengamos
una herida abierta….
Pero así somos los
seres humanos
Como ese dicho :
“Nadie escarmienta en
cabeza ajena”
Autora
Marcela Villalobos B